II ( 18/ V/ 2011)

No me siento a ver el mundo,
el teatro pasa frente a mí.
¿Estoy fuera?
¡No! Simplemente soy apático,
ellos pasan frente a mí,
me saludan,
me miran, conversan y se van.

No me siento a ver el mundo,
pero ellos actúan para mí.

La palabra

Cuando Dios dijo: "Soplaré el barro de tus entrañas." La tierra preguntó "¿Me amas?". ¡Claro, yo te amo!
Y de esa relación surgieron los hombres.
Pero Dios, como todo buen macho en la naturaleza, se alejó. Y la tierra y sus hijos se quedaron solos con la promesa del amor.

                                                                                               Vital José

¿Me morí, me mataste o me moriste?

Valseca Altamirano

Me morí aquella noche del desprecio.
Rechazaste mi amor con tal finura
que en el circo mortal de mi locura
me colgué con la soga del trapecio.

De estar vivo ya casi ni me acuerdo,
y sé tanto de la muerte como el frío,
el destino solaz del amor mío
me orilló al espejismo en que me pierdo.

Pareciera el suicidio de cobardes,
una fácil salida al que flaquea,
mas no puedo evitar decir lo cierto:

hoy que puedo pensarte sin alardes
tu esencia permanente me marea,
no se muere mi amor por estar muerto.

Aviso

Protón solitario busca enlace para formar una familia.

Vital José

En el océano albino

Valseca Altamirano

La marea tan baja me reveló un paisaje que yo no había contemplado a pesar de que soy un pescador frecuente; en el océano albino habían surgido breves islas con pocos coníferos sobre ellas. En medio del archipiélago instalé mi caña y me pregunté qué tipo de peces obtendría a ese nivel de profundidad, quizá recogería especímenes de marfil o plata. Antes de que terminara la mañana la cuerda se movió violentamente, por lo que comencé a enrollarla para contemplar mi presa. Los años sobre el mar me han quitado el asombro, aunque experimenté algo parecido al ver que a mi barca había subido un animal extraño: su estructura ósea era muy similar a la mía, aunque en una escala más pequeña. Además carecía de alas.